Los comandos de la vida sana. El salutismo en la sociedad actual.
Por Fernando Franco
Los monitores constituyen una especie de casta de instructores físicos de las sociedades modernas, más pendientes de su salud, juventud y belleza que antes. Ricardo Grobas
Unos cuantos miles de personas –nadie ha hecho todavía cuentas– están inscritos en centros deportivos, aunque de ellos algunos miles menos sean los que practiquen de modo estable. La mayoría, por impulsos desordenados de supervivencia ante los estragos del cuerpo cuando el michelín o la operación bikini aprietan. Centros deportivos con o sin spa, gimnasios, centros de pilates o de yoga... No es fácil decir cuántas de estas instalaciones dedicadas al culto, cultivo o salud del cuerpo hay en España, y da la impresión de que tampoco lo tienen muy claro en el sector.
Éstos que pedalean para nosotros en la foto desde la sala de cycling del Metropolitan son sus entrenadores, licenciados en Educación Física que, con su directora, Susana Fernández, defienden una idea: "La gente ahora busca salud, no belleza". Lo dicen en Metropolitan pero también lo dirían en los centros Budo, Athenas, Coliseum, Florida Gym, Arenal, Lanzalle, Pente... y la mayoría de los espacios gimnásticos, aunque sea con mejor voluntad que suerte.
Y es que ellos saben mejor que nadie que la inquietud que se ha creado alrededor de los temas de salud en las sociedades desarrolladas de finales del siglo XX ha llegado a tal punto que, en muchos casos, se ha convertido en un malsano "salutismo", anglicismo con el que se define un entramado de creencias, valores o prácticas sociales falsas sobre la salud.
Entrenadores como éstos hablan de un "sano cultivo" del cuerpo para luchar contra ese culto desmedido, esa tiranía o adoración que ha caracterizado las dos últimas décadas. "Pero es difícil reconducir –nos decía uno– las obsesiones y distorsiones labradas en el inconsciente colectivo los últimos años por tantos mensajes consumistas sobre el mantenimiento de la belleza y la juventud".
Pero, menos mal, de aquellos gimnasios de hace más de un cuarto de siglo, sin apenas ofertas y mucha musculación bruta, se ha pasado a una diversidad de posibilidades en las que fueron pioneros centros polideportivos como el Arenal, Budo, Coliseum... y con el Metropolitan se ha llegado a la sofisticación de la cultura ociodeportiva más sutil. Hoy puedes hacer cycling, running, easy circuit, power plate, pilates, fitness condition, Abd. Strecht (sí, el inglés manda)... en un abanico interminable.
"Nunca se ha visto antes tanto joven ni, aún más, tanto jubilado remozado, recauchutado, prolongando su salud o retrasando los dictados de la edad en los gimnasios. Hacen bien".
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